Reconocemos que somos parte de un cuerpo y que nos necesitamos para ser formados hasta llegar a la medida que Dios estableció para nuestras vidas.
Durante la semana, se reúnen varios grupos virtuales para edificar, enseñar y revelar a nuestras vidas la Palabra de Dios, transformando hogares, corazones y fortaleciendo aún más el cuerpo de Cristo.